jueves, 12 de febrero de 2015

Nadie quiere tomarse un vino con Moyes


Desde su llegada a España, David Moyes ha dado muestras de tener una personalidad muy particular, que choca en algunos aspectos con nuestro acervo cultural. Uno de esos momentos llamativos se vivió en el estadio de Anoeta, durante el partido Real Sociedad-Villarreal de Copa del Rey. El técnico de la Real fue expulsado y decidió seguir el partido desde la grada como un hincha más. Allí, con absoluta naturalidad, no dudó en pedirle una patata frita a una joven aficionada, que se quedó atónica ante lo que le acababa de sucederle.

El escocés se esfuerza por adaptarse lo antes posible a nuestro estilo de vida, aunque no le está resultado fácil, como ha reconocido en una reciente entrevista concedida a la BBC. Moyes desveló que en Inglaterra estaba acostumbrado a compartir con los entrenadores rivales una copa de vino a la conclusión de los partidos. Es una tradición en la Premier, pero aquí no ha encontrado hasta el momento a nadie dispuesto a tener una pausada charla con él. “He preguntado a algunos entrenadores si querían tomar una copa de vino o una cerveza después de los partidos, pero de momento no he encontrado mucho entusiasmo en ellos. Ninguno ha querido venir a mi despacho y unirse a mí”, asegura con cierto tono de resignación.
 
Esta costumbre británica es una de las cosas que más echa de menos el técnico y prácticamente ha perdido la esperanza de poder mantenerla en nuestra liga: “En la Premier los técnicos estamos 20 minutos charlando tras los encuentros. No todo es fútbol. En España, por lo que he visto hasta ahora,
el tiempo de comunicación entre los entrenadores es muy limitado. Este trabajo es muy complicado y a veces es agradable hablar con alguien que está en una situación similar”, comenta.

Sería interesante conocer la bodega que tiene David Moyes, porque si fuera mínimamente parecida a la que poseía Sir Alex Ferguson, tanto Escribá, como Valverde, Luis Enrique, Paco Jémez, Garitano o Berizzo (los entrenadores que han visitado San Sebastián desde la llegada de Moyes) habrían perdido una ocasión única de degustar algunos de los mejores vinos del mundo.
 
Ferguson, al igual que Moyes, también acostumbraba a compartir con sus homólogos una copa de vino, siempre de muy buena calidad. Sir Alex contaba con una espectacular colección entre la que figuraban algunos de los más exclusivos y mejores vinos del mundo, como Romanee-Conti (Borgoña), Chateau Petrus (Burdeos), Chateau d’Yquem (Burdeos) o Sassicaia (Toscana). Ferguson, eso sí, subastó el pasado verano gran parte de su colección –en total unas 5.000 botellas- por las que percibió cerca de 3,6 millones de euros.

1 comentario:

Antonia Cabezas dijo...

Pues la costumbre de compartir una copa de vino y unas buenas palabras deberíamos hacerlas también nuestras, y no sólo al finalizar un partido, arreglaríamos muchos malos entendidos.